La Hispanidad

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(Diego de la Guardia, 2020)

Todos los países y territorios que alguna vez formaron parte del Imperio Español comparten un legado cultural que, según el caso, puede ser más o menos evidente. En la actualidad muchos de esos territorios lograron ser entidades independientes y en otros casos fueron asimilados por nuevos países emergentes que sí existen a día de hoy. Tanto en uno como en otro, las huellas dejadas por los españoles son apreciables y dignas de poner en valor.

Empezando por los ejemplos más evidentes se encuentran todos los países que, a día de hoy, tienen el español como lengua oficial y se extienden desde América del Norte (México) hasta la Tierra del Fuego (Argentina), a los que se le añaden otros menos evidentes presentes en África, como Guinea Ecuatorial y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). En estos casos, excluyendo a la RASD por diferencias culturales mayores, las similitudes son muy marcadas, pues comparten lengua y religión y, por lo tanto, muchas costumbres y celebraciones que componen el imaginario colectivo de sus sociedades (Lapesa, R. (2000).). En estos lugares, la huella que dejó el Imperio Español alcanza todos los ámbitos de la vida cotidiana, la arquitectura, la religión, las fiestas populares, la música, etc.

Por otro lado, tenemos un grupo de territorios en los que, por diferentes causas, no han corrido la misma suerte que los del grupo anterior y el legado español está menos presente, pero ni mucho menos extinto. Hablamos de Filipinas, Norte de África, Estados Unidos, Sur de Italia, numerosos archipiélagos en el océano Pacífico y buena parte de los Países Bajos y Bélgica (Instituto Cervantes. (2023)). Aquí, si bien no se conserva la lengua y en muchos casos tampoco la religión, podemos encontrar pequeñas referencias y pistas que delatan su pasado español. He aquí algunos ejemplos:

  • En el idioma filipino actual encontramos muchas palabras remanentes del español, que en algunos casos han sido modificadas. Algunos ejemplos son: Casá (Casa), Kumida (Comida), Eskuela (Escuela), Trabaha (Trabajar) o Kwento (Cuento). El propio nombre del país es herencia española, pues proviene del nombre del rey (entonces príncipe de Asturias) en el momento en que fueron descubiertas (Felipe II de Habsburgo). Además, muchos nombres y apellidos filipinos son idénticos a los españoles, véase por ejemplo el nombre del actual presidente, Ferdinand Marcos Romuáldez. Los filipinos han conservado la fe católica llevada por los españoles, convirtiéndose así en el país con más cristianos de toda Asia, cuyo número de fieles asciende a más de ochenta y un millones (Fernández, M. (2018). Instituto Cervantes).
  • En Estados Unidos encontramos numerosos topónimos de origen español, especialmente en el sur y costa oeste. Algunos ejemplos: ciudad de Los Ángeles, San Francisco, Sacramento, Las Vegas, etc. Algunos estados, como Florida, Nevada, Montana o Colorado son también nombres en español. Incluso en Alaska encontramos algunos pequeños puntos costeros con nombres en español, cómo Cordova, Valdez o la isla de Revillagigedo (Piñero, J. L. (2013).
  • En el pacífico encontramos los archipiélagos de las Islas Marianas y Carolinas y en la isla de Guam (anteriormente isla de San Juan) encontramos topónimos españoles como Perez Arces, Altos de Agaña o Santa Rita.

En definitiva, la impronta dejada por los españoles recorre todas las esquinas del globo terrestre, y motiva este artículo con el objetivo de dejar la siguiente reflexión:

Todas las personas que compartimos alguno de todos estos elementos que se han ido mencionando pertenecemos a una entidad cultural mucho mayor que cualquier país o estado y que trasciende generaciones, fronteras, guerras y prohibiciones: la Hispanidad.

Y este regalo que recibimos de nuestros antepasados gracias a su esfuerzo, tesón e increíble valentía hemos de protegerlo y cuidarlo. Independientemente de las distancias que nos separan unos de otros, que en algunos casos son muy grandes; a pesar de las “distancias” ideológicas que podamos tener, la Hispanidad no responde a posiciones políticas, sino que es la expresión de una historia.

Hoy en día somos capaces de salvar los miles de kilómetros que nos separan con muchísima más facilidad que hace cien años (no digamos ya trescientos), gracias a los transportes de alta velocidad y el internet. Por eso, hoy más que nunca tenemos la opción de sobreponernos a la distancia que separa todos estos pueblos, para así coger el relevo de nuestra historia, conocerla y evitar que sea manipulada por terceros personajes con sospechosos intereses a sus espaldas.

***

A continuación me gustaría incorporar la opinión de un querido amigo, que ha vivido toda una vida en una parte de la América hispana, Venezuela en este caso, y que puede dar una visión acerca del mismo concepto, pero desde la perspectiva americana:

La herencia española en América y otras regiones del mundo es un lazo histórico profundo que nos une a través de la lengua, la cultura, la fe y la historia común. Sin embargo, como es bien sabido, existe una Leyenda Negra que atribuye características negativas a la Historia de España y que ha significado un distanciamiento tanto físico como ideológico entre España y los países hispanoamericanos. 

La Leyenda Negra, creada por enemigos tradicionales de España, presenta a esta como una nación cruel, intolerante y opresora, especialmente en su papel en América y en Europa. Esta visión, totalmente sesgada y carente de todo fundamento histórico, ha tenido profundas consecuencias en la percepción de la historia hispánica y en la identidad de los pueblos descendientes de España.

España fue la mayor potencia de Europa y del mundo; su imperio abarcaba América, partes de Europa y Asia. Sus enemigos, principalmente Inglaterra, Francia y los Países Bajos, hicieron uso de una propaganda desmedida para desprestigiar su dominio. En su obra “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” (1552), el fraile español Bartolomé de las Casas denuncia los abusos de algunos conquistadores en América. Aunque su intención era reformar el sistema colonial, su obra fue utilizada por los enemigos de España para exagerar la supuesta barbarie española en América. Entre las consecuencias de la Leyenda Negra podemos citar:


a). Complejo de inferioridad en Hispanoamérica

Muchos países hispanoamericanos han asumido esta narrativa como propia, viendo su pasado colonial con vergüenza en lugar de orgullo. Esto ha llevado a políticas de rechazo a su herencia hispánica y a la exaltación de movimientos indigenistas que fomentan la división.


b). Fragmentación del mundo hispánico

Mientras otras potencias (como el Reino Unido con la Commonwealth o Francia con la Francofonía) mantienen lazos fuertes con sus excolonias, el mundo hispánico ha estado marcado por la desunión. La Leyenda Negra ha servido para debilitar la identidad común entre España y América.


c). Invisibilización de los logros del Imperio Español

España introdujo en América la lengua, el derecho, la universidad, la imprenta y el cristianismo, además de mestizaje y protección de los indígenas (como las Leyes de Indias). Sin embargo, estos logros han sido opacados por la narrativa negativa.


d). Persistencia en el imaginario colectivo

Hoy en día, muchas personas siguen creyendo en mitos derivados de la Leyenda Negra, como lo son el que España sólo llevó destrucción a América o que la Inquisición fue la institución más sanguinaria de la historia.

Por tanto, es preciso fomentar la unidad entre los pueblos hispánicos para fortalecer nuestra herencia común, cuestionar las narrativas impuestas y analizar la historia desde una perspectiva equilibrada.

  • Por D. Luis Barroso Alfaro.

Quiero acabar recuperando el mensaje y motivo principal de todo este modesto escrito: Salvemos las distancias que actualmente separan a todos los hispanos y recuperemos la unidad que una vez tuvimos, para así ocupar el lugar que nos merecemos en el mundo. En palabras del historiador Marcelo Gullo: “La Hispanidad es nuestro pasaporte hacia el futuro”.

 

 

2 respuestas a «La Hispanidad»

  1. Avatar de Manuel Castañeyra Medina
    Manuel Castañeyra Medina

    Muy bien expuesto. Estoy totalmente de acuerdo, don Leopoldo. Hagamos hincapié en todo lo que nos une y no en las minucias, fomentadas por nuestros enemigos históricos, que nos separan.

  2. Avatar de Emilio Castaño
    Emilio Castaño

    Totalmente de acuerdo Leopoldo. La historia de España debe ser recordada con rigor y fundamento, sin caer en discursos políticos baratos que solo ennegrecen nuestra cultura, así como el legado que hemos dejado en el mundo.

    Espero leer más de ti, desde aquí todo mi apoyo, amigo mío.

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